martes, 21 de julio de 2009

EL TRABAJADOR DOMESTICADO



Cuan común es ver en nuestro medio a esos trabajadores de “confianza” mayormente con muchos años al servicio de determinados jefes, que presentan una peculiaridad común, perdieron su propia identidad, son lo que el jefe quiera que sean, personas que perdieron el derecho a una vida propia, porque hasta respiran como lo haría el patrono, su caminar, modos de actuar, el comportamiento y reacción ante determinadas situaciones evidencian un doble del jefe con la única diferencia que no son el jefe ni son ellos mismos, en otras palabras viven como si no vivieran, existen sin existir, son un burdo garabato de alguien que nunca serán.


Lo curioso de una situación como esta mayormente reviste en que el culpable no es el propio trabajador sino su jefe, normalmente persona autoritaria y déspota que mediante la imposición del mal trato y la dependencia laboral, consigue convertir a un hombre en un trabajador domesticado, sin identidad propia, sin respeto a sí mismo, algo que nunca debería ser permitido por ningún trabajador ni por ninguna sociedad, ni propiciado por ninguna jefatura que sepa respetarse a sí misma, porque al hacerlo demostraría su pequeña mentalidad y su abismal distancia con la época actual.


Justamente este tipo de trato que como si fuera parte del patrimonio Nacional siempre se dio, son los responsables de la existencia por doquier de la mediocridad.



Lic. Dante Arbocco, M.B.A

Director Ejecutivo ONG El Capital Humano